“My first Camino was from Roncesvalles, and it was an almost inexplicable experience for me. It’s something that I find hard to put into words, even today.

It was the first time that I’d done something like that, on my own and without a mobile phone. Every three days I tried to find a public phone to call home: ‘I’m good’, I’d tell them, and I’d hang up. I did it because I was in pursuit of introspection, trying to forget about all the things that were happening to me. Besides, in the Camino you realize that you need only a few, very few, things to survive; you are like a snail carrying its home and that’s more than enough. I believe that we’re all getting a bit crazy because of the consumerism that surrounds us. We can be happy with very little.

The rest of my ‘Caminos’ have been different, only one week long, and well… I love walking, it fills me with energy, but those ‘Caminos’ haven’t been the same as the first one.

I recommend the Camino to many people, but I always tell them that here you need strength, not only physical but also mental, to do it. I’ve got friends who are mountaineers and have tried to complete the Camino, having to give up midway. This is not as easy as it seems”.

Ana,
Spain.
English Way from Ferrol.

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“Mi primer Camino fue desde Roncesvalles y fue una experiencia casi inexplicable; una felicidad inmensa. Fue algo que, aún a día hoy, me resulta muy difícil poner en palabras.

Fue la primera vez que hice algo así, sola y sin teléfono móvil. Cada tres días buscaba una cabina y llamaba a mi casa: ‘Estoy bien’, les decía, y colgaba.
Lo hacía porque estaba buscando una introspección interior, olvidarme de todo lo que me pasaba. Además, en el Camino te das cuenta de que necesitas muy, muy pocas cosas para sobrevivir; eres como un caracol, con la casa a cuestas, y eso es más que suficiente. Creo que nos volvemos un poco locos con todo este consumismo en el que vivimos. No necesitamos casi nada para ser felices.

El resto de Caminos han sido distintos, de una semana y… bueno, me encanta caminar, me llena de energía, pero esos Caminos no han sido lo mismo que el primero.

Le recomiendo el Camino a mucha gente, pero también les digo que hace falta fortaleza física y fortaleza mental. Tengo amigos montañeros que lo han intentado y se han quedado tirados a mitad de camino porque no podían más. Esto no es tan fácil como parece”.

Ana,
España.
Camino Inglés desde Ferrol.

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