(Walking, in the middle of a stage, I realized that I had lost the notepad in which I kept the pilgrim´s stories. Luckily, I had written down my phone number on it. David and Carlos found it, and called me.)

-Damn, thanks for calling me. I thought I’ve lost it for good.
David: “Don’t worry, man, in the Camino you always find what you’ve lost. Always.”
-Wow! That’s really deep. Can I write it down.?
David: “Sure…”
-Did you read it anywhere?
David: “No, not really. I just thought of it. I have a knack for it.”
-For what?
David: “ For improvising, I guess”
-Well, you can say that. And what about you Carlos? Any thoughtful reflections?
Carlos: “Well, let me think…, yeah!, I think I have one. Listen: the Camino is a lot like life. It’s a metaphor of it, actually.”
-In what sense?
Carlos: “In the sense that you are beginning and ending stages all the time, and you are continually meeting people, and also parting ways with them, so you’ve got to learn how to do it.”
-Wow, that’s a good one, too. Now, I’m afraid you have to let me take a picture of you both. We are going to take advantage of this encounter.
(We shoot some, and as soon as I finish they rush over to check the result.)
David: “F**k! I look so ugly, man, and what about you, Carlos? You look like that old man, that… Kevin Spacey!. Wait, I’m gonna tell you which one to use, right?… (He browses thru the pics) This!… number… 2636. Remember it, ok? 2636. No, better, write it down, ok? Actually, I’m going to take a picture of it with my phone, so we know you won’t screw us…”
-Hahaha. Ok. And look, all the thoughtfulness you had a minute ago, all that deepness, where did it go?
David: “Well…, there is a time for everything, I guess.”
(Laughs.)

David and Carlos,
Spain.
French Way from Sarria.

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(En medio de una etapa me di cuenta de que había perdido la libreta en la que iba apuntando las historias de los peregrinos. Por suerte, había apuntado mi número de teléfono en ella. David y Carlos la encontraron y me llamaron.)

-Joer, gracias. Pensé que la había perdido para siempre.
David: “No te preocupes, hombre, en el Camino uno siempre encuentra lo que ha perdido. Siempre.”
-Guau. Qué profundo. ¿Puedo apuntarlo?
David: “Claro”
-¿Lo has leido en elgún sitio?
David: “No, que va, lo acabo de pensar. Es que se me da bien.”
-¿Pensar?
-David “No, improvisar.”
-Ya te digo.  ¿y tú qué, Carlos? ¿Alguna reflexión profunda?
Carlos: “A ver, dejame pensar…, ¡si!,  mira, se me ha ocurrido una: el Camino es como la vida. Es un símil de la vida, en realidad”
-¿En qué sentido?
Carlos: “Pues en el sentido de que estás continuamente empezando y terminando etapas, y estás conociendo a gente todo el tiempo, pero también despidiéndote de ella, y es algo que tienes que aprender a hacer.”
-Caray. Vale. Esa es buena también. Pues tenés que dejarme que os haga una foto. Vamos a aprovechar este encuentro.
(Tiramos unas cuantas. En cuanto acabamos se lanzan a por la cámara.)
David: “Ostia, tío, qué bajón, que feo salgo… y tú, Carlos…, tú pareces el viejo ese…  el…¡Kevin Spacey! Espera, te voy a decir cuál tienes que usar, ¿Sí?… (Se pone a pasar fotos). ¡Esta!, la…, a ver…, 2636. Acuerdáte, 2636, ¿Vale?. No, apúntala, mejor. De hecho, ¿Sabes qué? le voy a hacer una foto con el teléfono, para asegurarme de que no nos engañas.”
-Jajaja. Vale. Oye, ¿y toda la profundidad esa que teníais hace un momento?
David: “Ya…, bueno, hay tiempo para todo.”
(Risas)

David y Carlos,
España.
Camino Francés desde Sarria.

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